viernes, 20 de octubre de 2023

Tu belleza y tu muerte...

 ¿Qué puede hacer el hombre mientras existimos en este mundo triste?

Todos ellos soportando sus verdades super destructoras de su misma humanidad, mantienen esperanzas putas en base a mentiras, automentiras, autosugestiones, repeticiones de hechizos mentales, programaciones, reprogramaciones y tendencias de vida moderna, en eso basan sus creencias, un día son unas putas y otros días son otras putas diferentes, no se dan cuenta que enfrentan su muerte inevitable, pero se niegan a amarla, no se dan cuenta que pasan años buscando hacer su existencia eterna, con artilugios, reparaciones y magias mentales evaden lo único inevitable de vivir, deciden ignorar que su cuerpo se pudrirá, se mienten al negar que sus mentes se largarán a algún lugar de donde un día ya no podrán salir, y solo entonces podrán encontrarse un poco a sí mismos, pero ya podridos, llenos de parásitos en su cuerpo y sus mentes, ya será muy tarde, serán viejos y decrépitos y sobre todo serán innecesarios para todos.

Ninguno de ellos puede, no pueden encontrarle un sentido autónomo a su vida, un sentido auténtico no hay, sigue siendo una vida simple que por fuerza desean hacer grandiosa cuando la verdad es que incluso el nacimiento es una casualidad o un error, la propia existencia como la conocen es una casualidad, no es prueba de la existencia de dios, es solo una consecuencia de lo errático que es la naturaleza y las decisiones humanas.

No se dan cuenta de lo efímera que es su propia existencia, unos cien años no representan nada en absoluto comparado con la edad de una sola estrella recién nacida, y aun así buscan brillar mas que el sol, son idiotas, no tiene sentido, brillan como peces de colores en una pecera donde todos los peces brillan, pero de pronto flotan y la pecera tendrá nuevos peces, los hombres permanecen solo por un segundo en la bastedad del tiempo, no se dan cuenta que nosotros los humanos damos la vida en un instante, y casi en el mismo instante la perdemos o la quitamos, se la pasan queriendo destacar en algo humano para ocultar lo mucho que viven sufriendo y lo miserable que el sufrimiento los vuelve en su interior, se la pasan buscando y creando lujos sin darse cuenta de lo pusilánime que esa forma de vivir es, no son divinos, no son virtuosos, son carne para los gusanos.

Pero, cuándo de verdad se encuentran ante el ocaso de vida, se observan solos frente al mundo pero ya no tienen fuerza mental ni motivación de placer para amar la soledad, se acostumbraron desde hace mucho tiempo a sus problemas imaginarios y sus programaciones de la imaginación, supieron evadir los problemas con el yoismo a huevo aprendido acostumbrados a la expectativa de un futuro donde no van a morir ni envejecer, pero, una vez que no pueden ver, escuchar, caminar o pensar, la soledad ya no es externa, es interna, y, aunque ya en el pasado ya se acercaron a la muerte, ya besaron a la muerte con su padre, con su madre, hermanos y algunos o todos los que amaron, siempre pensaron muy lejano el momento de su muerte, decidieron evadir su decadencia y pronta muerte, decidieron ignorar lo inevitable.

Son muy afortunados si son los primeros en morir o mueren jóvenes, pero para el último que deja este mundo solo le queda el silencio interior y la soledad abismal de la cual la mayoría no quiso ni saber en etapa  de vida de satisfacción absurda, por eso seguramente pensarán en matarse, pero para ese entonces, cuando suceda ese pensamiento ya será demasiado tarde, debieron quitarse la vida desde antes cuando sus tendones aun no temblaban y aun tenían el valor de vivir, siempre que coincidamos con la idea de quitarnos la vida hay que recordar que para ejecutarlo ya es muy tarde, ya no vale la pena intentarlo, la muerte no arregla el dolor de haber vivido, ni el causado ni el infringido.

Temen a la muerte, y sobre todo a la muerte fuera de casa, la muerte aleatoria, pero la muerte chingada madre, entendamos siempre es aleatoria, pero, desean morir en un hospital conectados y entubados porque para eso buscaron el estatus y el dinero, pero, eso no es una muerte digna ni honorable, es una muerte económica y apegada a la superficialidad, la muerte más digna es en batalla como los guerreros, en la batalla de la vida siendo atacados con armas psicológicas y emocionales, ahora que si les gustan las armas materiales pues hagan una guerra y mueran con honor.

En ese momento oscuro del final de los días en este mundo no se dan cuenta que ya todos los que te rodean, aunque no lo demuestren o lo nieguen, todos ellos desean que mueras solo porque de muchos modos ya no les sirves, eres un estorbo y lo pocos que lloren por tu muerte, a los pocos días volverán a tomar café, ir a sus trabajos, harán el amor, su vida normal. Todos los demás para los que creíste ser importante, pues, simplemente en un mar de hipocresía se despedirán de ti, pero tu les valdrás madre.

Es así, la admiración y validación que buscaste en ese instante pendejo de tiempo que llamaste vida no tendrá ningún valor ni material ni inmaterial, ninguno de esos que te admiraron hará una plegaria real, será un rezo en el que descargan su ira, rencor, placer que les provocaste y la cosa material que le diste pero nunca sera una cuestión de fe donde el rezo llegue a un Dios, porque el Dios en caso de existir no recibe mamadas, piénsalo.

Cuando enfrentes a la muerte te refugiarás en todo lo moral, ético, y espiritual que despreciaste cuando pudiste vivir, tenderás a una fe superflua, porque nunca tuviste fe mas que en tu ego o sea en ti mismo, creerás que con programarte mentalmente con la esperanza de renacer en un mundo mejor lo lograrás como todo en tu vida banal, pero avisado estás de que no será así, violaste en vida tantas reglas de ese otro mundo mejor, que no te tocará llegar sin una iluminación verdadera, debemos aceptar que la vida se acabó y no hay mas, tu destino es enfrentar el silencio, el olvido y la desesperanza.

La belleza de la carne y la admiración para putear te domina, pero eso no sirve para siempre, por mucho dura una tercera parte de tu vida, date cuenta que no puedes contar la niñez ni la vejez, y en ese pequeño tiempo donde eres deseable, tu presencia como mercancía sujeta al deseo termina pronto porque pronto hay mercancías mas nuevas y más deseables. Suponemos que tienes el favor del dios para la existencia y encontrar el objetivo trascendental de vivir, pero si dios no existe, mientras tengas la carne y piel firmes habrás disfrutado, pero cuando llegue la primera arruga, entonces aparecerá el primer indicio del miedo a la muerte, harás lo que sea necesario para evitarlo, podrás resanar tu cara, arreglar tus ojos y tus senos pero tu alma estará iniciando el camino para irse de este mundo y se irá al vacío, claro, siempre que dios no exista, porque de existir... 

Así, la presunción de la belleza, la búsqueda del reconocimiento externo, la puta necesidad de la adulación social, el poder, la riqueza material, son solo el reflejo de una vida dormida, no es felicidad es ser esclavo de otros y de tus propios dolores, es el terror resultado de ignorar del momento sublime de la muerte.

La vida moderna no es sublime, no es una vida estética, es solo el temor a morir, es el reflejo de la evasión de su sufrimiento escondido, es destinar idiotamente recursos para la soledad y silencio en la vejez, porque ni lo que acumulen ni lo que tengan evitará su muerte y quien este a cargo de prolongar su miserable vida no pondrá todos los recursos acumulados en mantenerte en este mundo, pendejos no son...


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