lunes, 23 de octubre de 2023

El ciclo de la alborada.

Un poema que escribí hace uno o dos años, no lo recuerdo bien, está lleno de dependencia emocional y olvido, tal cuál es la poesía... No soy ni escritor ni poeta, pero fue con todo el cariño que pudo estar en mí, ciertamente refleja el fondo de mi ser que ahora toco con mucha paciencia y cariño, es la misma sensación al recordarte y sentirte.


El ciclo de la alborada. 


Sé que te busco cada día entre las horas y el insomnio,

sé que no te encuentro entre el delirio y el vacío.

No apareces mas que entre sueños de ratos cortos.

Pero tu voz recorre mis gemidos y alaridos entre vidrios rotos.


Tu no apareces sino en tu ropa interior regada.

Es como si hubieras muerto sin partir al otro mundo,

todas tus cosas permanecen delicadamente intactas.

Incluso algo mas oscuro ha hecho nido

sobre un corazón que apenas late,

un corazón que no se da por vencido.


Te juro que lo mato como puedo a diario,

que cuando corro a buscarte lo dejo en la avenida, 

jamás vuelvo a ver si esta todavía con vida,

que cuando grita por saber de ti un chingo lo maltrato,

que cuando mi cuerpo te respira yo mismo me asfixio,

con cada amanecer te veo tibia y yo solo sollozo, 

y después te veo con aquel que de noche te hace gozo


No comprendo como no te vas de mi alma,

donde hay millares que dejaste del fruto de la nada.

Te asientas, te mueves, te acomodas bajo mi árbol mas frondoso,

el único que queda en el mar de empalizadas,

bajo la sombra del sol incandescente,

cubierta del rocío de mis noches mas heladas,

Nunca te has muerto, ni te has ido de mi mente.

Es lo único que vive en un alma abandonada.

Es la razón por la que nunca cruzo el puente  que siempre aparece,

siempre aparece de madrugada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario